8 de octubre de 2011

El poema es débil

Después del primer verso,
el poema pierde credibilidad
en su forma, en su mensaje, en lo intenso,
en su capacidad de medir la realidad.

Letra a letra, el poema va perdiendo peso,
sucumbe ante la tiranía de la rima,
ante la demagogia de los movimientos literarios
y ante los celos enfermizos del consenso.

Y no es hasta el punto final
cuando todo vuelve al inicio,
al origen, a la búsqueda de la curiosidad,
a la idea del maldito y su oficio.

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